Porque es momento de ser creativo, porque la situación de crisis demanda nuevas fórmulas, pero sobre todo porque necesitamos formas de acceso a viviendas y entornos físicos adecuados a nuestras necesidades personales… Por ello nos alegra leer noticias como la que compartía hace unos días Colectivo Cover, la recogida en El Diario Vasco de este martes, “No todo es compra o alquiler”, porque recoge interesantes iniciativas que ya son reales en nuestro país.
En él se muestran alternativas residenciales basadas en el hecho de compartir. La masovería urbana se basa en la antigua masovería catalana, donde el propietario de una finca (antaño rústica) le encargaba la explotación de la misma (u otros servicios, como simple vigilancia o jardinería) y la residencia en ella a cambio de un cierto porcentaje en los beneficios. Hoy en la ciudad el intercambio es el uso del inmueble por ciertos servicios, como la reforma del edificio a costa del usufructuario. La masovería urbana se reguló en Cataluña por ley 18/2007.
El del la foto es un ejemplo, la rehabilitación del Chalet Mercedes, en el barrio de Can Baró (Barcelona). La forma de pagarlo por parte de los jóvenes inquilinos parte de una campaña de microfinanciación por internet (crowdfunding).
La masovería es una vía para la recuperación de espacios infrautilizados, viviendas vacías, locales en desuso… Así lo explica Eva Morales, de La Panadería (Sevilla):
Imaginación y creatividad. Como se comenta en el artículo citado arriba, “un reciente informe del Observatorio Vasco de la Vivienda, que pone de manifiesto que ‘hay vida’ más allá del alquiler tradicional y la compra en propiedad”. Equipos como La Panadería, Habitares, Colectivo Cover, Cooperactiva, Sostre Civic, Ecohousing o el nuestro de Jubilares estamos trabajando para facilitar el acceso a la vivienda adecuada a nuestras necesidades.
Muchos más ejemplos de procesos colectivos de vivienda, en
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