lunes, 13 de mayo de 2013

Meditación de Osho



Siente, no pienses

Estás sentado en el jardín, pasa el tráfico y hay mucho ruido, muchos sonidos. Cierra simplemente los ojos e intenta encontrar el sonido más sutil que hay a tu alrededor. Un cuervo grazna: concéntrate simplemente en el sonido del cuervo. Todo el sonido del tráfico continúa. El sonido es tal, es tan sutil que no puedes tener conciencia de él a menos que concentres tu atención en él. Pero, si concentras tu atención, todo el ruido del tráfico se irá muy lejos y el sonido del cuervo se volverá central. Y lo escucharás, con todos sus matices, muy sutiles, pero serás capaz de escucharlos.

Aumenta tu sensibilidad. Cuando toques, cuando escuches, cuando comas, cuando tomes un baño, permite que tus sentidos estén abiertos. Y no pienses, siente.

Te encuentras debajo de la ducha: siente la frescura de la ducha descendiendo sobre ti. No pienses en ello. No digas inmediatamente: “Está muy fresca. Está fría. Está buena”. No digas nada. No verbalices, porque en el momento de verbalizar dejas de sentir . En el momento que entran las palabras, la mente ha empezado a funcionar. No verbalices. Siente la frescura pero no digas que está fresca.

Seguimos diciendo cosas sin estar siquiera atentos a lo que estamos diciendo. Deja de verbalizar; sólo entonces puedes profundizar en tus sentimientos. Si los sentimientos se profundizan, entonces esta técnica puede hacer milagros contigo.

Siente: mi pensamiento

Cierra los ojos y siente los pensamientos. Un flujo contínuo de pensamientos se mueve, un contínuo, un flujo, un río de pensamientos está fluyendo. Siente esos pensamientos, siente su presencia. Y entre más sientas, más te será revelado: capas sobre capas. Los pensamientos no sólo son superficiales; detrás de ellos hay más pensamientos y detrás de ellos hay aún más pensamientos; capas sobre capas.

Y la técnica dice: Siente: mi pensamiento . Y nosotros seguimos diciendo: “Esos son mis pensamientos”. Pero, siéntelo: ¿Son realmente tuyos? ¿Puedes decir “son míos”? Entre más sientas menos te será posible decir que son tuyos. Todos son prestados, todos vienen de fuera. Te han llegado a ti pero no son tuyos. Ningún pensamiento te pertenece; sólo es polvo acumulado. Incluso aunque no puedas reconocer la fuente de la que te ha llegado este pensamiento, ningún pensamiento te pertenece. Si persistes, puedes encontrar de dónde te ha venido este pensamiento.

Sólo el silencio interior te pertenece. Nadie te lo ha dado. Has nacido con él y morirás con él. Los pensamientos te han sido proporcionados, ellos te han condicionado. Si eres un hindú, tienes un tipo diferente, un acopio diferente de pensamientos; si eres mahometano, por supuesto, un acopio diferente de pensamientos; si eres comunista, otra vez, un acopio diferente de pensamientos. Ellos te han sido dados, o puede que los hayas adoptado voluntariamente, pero ningún pensamiento te pertenece.

Si los pensamientos no me pertenecen, entonces nada importa, porque ése también es un pensamiento, que eres mi esposa, o eres mi esposo. Ese también es un pensamiento. Y si básicamente el pensamiento no es mío, entonces ¿cómo puede ser mío el esposo? ¿O cómo puede ser mía la esposa? Si los pensamientos pierden arraigo, todo el mundo pierde arraigo. Entonces puedes vivir en el mundo sin vivir en él.

Osho: Tomado deEl Libro de los Secretos

No hay comentarios:

Publicar un comentario